Bienvenid@s

"HACER LO QUE DIOS QUIERE Y QUERER LO QUE DIOS HACE"

lunes, 26 de diciembre de 2011

CONCIERTO DE ¡¡ACCION DE GRACIAS!!

INVITAMOS A TODOS LOS FIELES AL GRAN CONCIERTO DE ACCION DE GRACIAS POR TODOS LOS FAVORES RECIBIDOS DURANTE ESTE 2011.
NO FALTES, ES UNA CITA CON DIOS Y EL TE ESTARA ESPERANDO.

LA ALABANZA SERA CON EL PADRE FABIAN.
COMPARTAMOS ESTA INFORMACION.

LUGAR: PARROQUIA SANTA MARIA DEL MONTE CARMELO
HORA: 8:00 PM
SE ESTARAN VENDIENDO LOS VELONES A $5.000=

jueves, 1 de diciembre de 2011

TIEMPO DE ADVIENTO

El adviento (latínadventus Redemptoris'venida del Redentor' ) es el primer período del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración es de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad. Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y de perdón.

martes, 13 de septiembre de 2011

MES DE LA BIBLIA SEPTIEMBRE

Feliz el hombre que se ejercita en la sabiduría, y que en su inteligencia reflexiona, (Eclesiástico 14,20)


Corazón apoyado en reflexión prudente es como revoque de arena en pared raspada. (Eclesiástico 22,17)



¿Cómo es posible convivir con personas de otras religiones o creencias? A pesar de las diferencias en las ideas de cada religión, hay algunos parámetros comunes sobre los cuales se relacionar. Por ejemplo, la creencia en un dios bondadoso y justo es un elemento en común en casi todas partes. El problema es cuando una persona trata de imponer a otra un sistema de creencias a otra persona. Por lo tanto, una imagen que existe es la de un árbol, donde Dios es la semilla y cada árbol es una rama. Así, puedo comprender que una persona de una rama aunque no esté de acuerdo con la otra, todavía tiene la misma semilla. A partir de esta idea, puedo crear un puente con personas que piensan distinto de mí, descubriendo en cada una el amor por este Ser Supremo, la fuente de todas las cualidades positivas.

LA NIÑA INTELIGENTE

¡¡Te vas a sorprender!!! Si un niño puede entender esto, ¿por qué nosotros no?
Un día, una niña de 6 años estaba en su salón de clases. La maestra iba a explicar la evolución a los niños. Entonces le preguntó a un niño:
MAESTRA: Tommy, ¿ves ese árbol allá fuera?
TOMMY: Si.
MAESTRA: Tommy, ¿ves la grama afuera?
TOMMY: Si
MAESTRA: Ve afuera, mira hacia arriba y dime si puedes ver el cielo.
TOMMY: Muy bien (Volvió al cabo de unos minutos). Si, vi el cielo.
MAESTRA: ¿Viste a Dios?
TOMMY: No.
MAESTRA: Ese es mi punto. No podemos ver a Dios porque no está ahí. Él no existe.
Una pequeña niña pidió permiso para hacerle unas preguntas al niño. La maestra acepto y la niñita preguntó:
NIÑITA: Tommy, ¿ves ese árbol allá fuera?
TOMMY: Si.
NIÑITA: Tommy, ¿ves la grama afuera?
TOMMY: Siiiiiiiiiiiiii... (Cansado de todas esas preguntas)
NIÑITA: ¿Ves el cielo?
TOMMY: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...........
NIÑITA: Tommy, ¿ves a la maestra?
TOMMY: Si...
NIÑITA: ¿Ves su cerebro?
TOMMY: No.
NIÑITA: Entonces, según lo que hemos aprendido hoy con la maestra, ¡ella no tiene cerebro!


"PORQUE POR FE ANDAMOS, NO POR VISTA" ( 2 Corintios 5:7)


"Te amo tal como eres, antes de que me pidas perdón, yo ya te he perdonado. Yo soy la luz, quien me siga nunca estará en tinieblas. Te amo". Jesucristo

lunes, 5 de septiembre de 2011

SEPTIEMBRE MES DE LA BIBLIA

"Sobre todo, tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados".
1 Pedro 4:8




MES DE LA BIBLIA Y MES DEL AMOR Y LA AMISTAD


"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos".
                                            Juan 15,13







jueves, 7 de julio de 2011

EXPLICACION DEL TRIPTICO


                     TRIPTICO DE LA MISION CONTINENTAL
Explicación
 El Papa Benedicto XVI regaló a los Obispos que participaron en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, un retablo de arte cuzqueño, pintado a mano por el artista peruano Eduardo Velásquez. Se trata de una verdadera catequesis en imágenes. Una imagen que, acompañará la gran misión continental que toda la Iglesia llevará adelante en América.
Cada detalle del triptico está lleno de belleza y simbolismo, siendo la tónica de todo el conjunto, fundamentalmente bíblica. Esta forma de presentar “el Evangelio” es muy antigua en la Iglesia. Ya desde el s. XV circulaba la llamada “Biblia Pauperum” o “Biblia de los pobres” que era una edición popular de textos bíblicos acompañados con muchas imágenes que iban enseñando sobre los misterios de la vida del Señor.


Centro:
1- El motivo central lo ocupa la figura de Cristo Resucitado, en la hora del envío misionero de los discípulos . La imagen radiante de Jesús preside la totalidad del tríptico. En los rostros de los enviados se manifiesta la plural riqueza del pueblo de Dios. Hay hombres y mujeres; algunos tienen tez blanca; otros rostros son de mulatos, de indígenas, o de mestizos. Esta contemplación es acompaña por la experiencia de cercanía con el Señor, que los impulsa a la acción misionera. Hacia el fondo se ve la escena del Calvario y dos ángeles. En la leyenda se reproducen las palabras del envío discipular “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28, 19) y “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Esta imagen representa el lema de Aparecida: “Discípulos misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida”.
2- El Padre Eterno y el Espíritu Santo. Corona el tríptico una imagen de Dios Padre. Se le muestra unido al Espíritu Santo y al Señor Resucitado. Con este remate, todo el tríptico logra un marcado carácter trinitario, tal como era usual en los retablos de la primera evangelización. Se indica así cuál es la fuente y el destino de la historia humana. Así, el Dios Uno y Trino es propuesto como la suprema realidad de amor, en la que se sostienen e inspiran todas las formas de comunión y solidaridad que brotan del evangelio
 Columna izquierda:
1- Es encabezada por el gran misionero venido de España, Santo Toribio de Mogrovejo , el Obispo místico que realizó una gigantesca obra evangelizadora desde su sede limeña. Por su obra, fue declarado Patrono de los Obispos de América Latina. Defendió incansablemente a los pobres y a los indígenas, realizando numerosos sínodos y concilios que promovieron la vida religiosa de toda América.
2- El solemne encargo de la Madre del Señor a su Iglesia . A la luz del milagro de Caná, se señala catequéticamente el imperativo pastoral de movilizar el amor a María de los fieles a una obediencia irrestricta al querer de Jesús: “Hagan lo que Él les diga” . La figura de los esposos, destaca la grandeza del sacramento del matrimonio. Con este primer signo, Jesús no sólo se ocupa del vino de la fiesta, sino que anticipa la mejor de las Fiestas, la Eucaristía, que la Iglesia celebra comunitariamente cada domingo.
3- Vocación de los primeros.  Pedro, Andrés, Santiago y Juan son llamados. Las palabras de elección de Jesús, tienen una réplica humilde de Pedro quien se siente del indigno para seguir la vocación de apóstol. Desde ahora serán pescadores de hombres. Los cuatro escogidos aceptan remar mar adentro y echar las redes sólo “en tu nombre”. El resultado es una abundancia milagrosa. Han dejado todo. Comienzan la senda del seguimiento discipular.
4- La multiplicación de los panes. El verde de la hierba recuerda que ocurrió en primavera. Cristo despliega el poder de su misericordia, haciendo abundante el escaso alimento inicial. Pero no es Él quien entrega el pan a la multitud: “Denles ustedes de comer”. Los discípulos tienen el encargo de atender a los necesitados. Resuena aquí una urgencia impostergable. Es el imperativo de la Iglesia Latinoamericana y del Caribe de atender a los pobres y postergados, “sea en el socorro de sus necesidades más urgentes, como también en la defensa de sus derechos” (Homilía de los obispos 11-05). Con este signo, Jesús anticipa la realidad futura: “Yo soy el pan vivo bajado del Cielo. El que come de este pan, vivirá para siempre”. Se observa la voluntad del Señor de ofrecer su alimento a través de sus discípulos y ministros.
 Columna derecha:
1- Es encabezada por Santa Rosa de Lima, primera santa latinoamericana, que vivió entre finales del 1500 e inicios del 1600. Representa la recepción del Evangelio por parte de los criollos americanos. Esta laica nacida en una familia de origen dominicano, llegó a una alta cumbre de intimidad esponsal con Cristo y de heroica caridad con los pobres.
2 - Encuentro con los discípulos de Emaús . Esta escena muestra como Jesús mismo entra en el dinamismo peregrinante de la Iglesia.  Durante el camino, Él explica las Escrituras. En la mesa de Emaús, el Resucitado parte y comparte el pan. Pictóricamente la atención se focaliza en la centralidad de la Palabra y la Eucaristía. El texto de la leyenda registra la intensidad del encuentro de los discípulos con su Maestro: “Cómo arde nuestro corazón”. Es un ardor contemplativo que llevará a un nuevo trayecto misionero hacia Jerusalén. Ellos experimentaron la presencia y cercanía del Señor y en la fracción del pan, reconocieron a aquel que les hizo arder el corazón cuando les explicaba las escrituras.
3. La venida del Espíritu Santo . Es el nacimiento de la Iglesia. Los apóstoles se congregan en torno a María Madre. Pedro tiene las llaves, como símbolo de su encargo específico en el Colegio Apostólico. “Todos quedaron llenos del Espíritu Santo”. Aparecen las mujeres, de las que habla el libro de los Hechos. Unidad en la comunión del Espíritu Santo. Variedad de carismas. Sólo por el vigor divino que el Paráclito les concede, podrán asumir la misión encomendada. A partir de ahora, el Espíritu los llevará a ser discípulos misioneros que anuncien el Evangelio a todos los pueblos.
4. Los discípulos de Jesús evangelizan . Sucede ahora. Los discípulos entran en la vida de “nuestros pueblos”. La evangelización ocurre en el diálogo cotidiano. Los discípulos y misioneros del siglo XXI prolongan el amor y el compromiso de San Juan Diego de Guadalupe que, con la Biblia en la mano, lleva en su tilma impresa por el Cielo, la imagen de la Virgen María, discípula perfecta y sabia educadora de los elegidos por Jesús para evangelizar.
 El tríptico resalta que la vida de la Iglesia del nuevo continente, fiel al amor de Cristo Resucitado, tiene hombres y mujeres Obispos, Consagrados, laicos y laicas, que han vivido las virtudes de forma heroica, siendo testimonios de santidad. De esta forma, Santo Toribio, Santa Rosa, San Juan Diego y muchos otros Santos latinoamericanos guían con el ejemplo de sus vidas a ser verdaderos discípulos misioneros en este tiempo, “para que los pueblos en Él, tengan vida”.
El retablo es un signo de la misión continental que debe llegar a cada hogar, comunidad y Parroquia, para recordar que la vida se origina en Jesús resucitado, que todos los católicos son discípulos misioneros del Señor y que, con la fuerza de su Espíritu, deben evangelizar a tiempo y a destiempo, empezando por sus hogares. 

martes, 5 de julio de 2011

lunes, 13 de junio de 2011

MISION CONTINENTAL

GRAN LANZAMIENTO DE LA MISION CONTINENTAL EN DOSQUEBRADAS...
PROXIMO LUNES FESTIVO 27 DE JUNIO EN EL COLEGIO SALESIANO (D/Q) DESDE LAS 8:30 AM...


martes, 31 de mayo de 2011

FIESTA DE PENTECOSTES

"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban.
Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, las que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse"

(Hch 2, 1-4).



INVITAMOS A TODAS LAS COMUNIDADES,
MINISTERIOS Y FIELES,
EL PROXIMO SABADO 11 DE JUNIO A LAS 8:00 PM
A LA EUCARISTIA  DE PENTECOSTES

Historia  
La palabra Pentecostés viene del griego y significa el día quincuagésimo. A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas (Ex 34,22), esta fiesta en un principio fue agrícola, pero se convirtió después en recuerdo de la Alianza del Sinaí.
Al principio los cristianos no celebraban esta fiesta. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de San Irineo, Tertuliano y Orígenes, a fin del siglo II y principio del III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual.
Con el tiempo se le fue dando mayor importancia a este día, teniendo presente el acontecimiento histórico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles (Cf. Hch 2). Gradualmente, se fue formando una fiesta, para la que se preparaban con ayuno y una vigilia solemne, algo parecido a la Pascua. Se utiliza el color rojo para el altar y las vestiduras del sacerdote; simboliza el fuego del Espíritu Santo.

Significado  
Los cincuenta días pascuales y las fiestas de la Ascensión y Pentecostés, forman una unidad. No son fiestas aisladas de acontecimientos ocurridos en el tiempo, son parte de un solo y único misterio.
Pentecostés es fiesta pascual y fiesta del Espíritu Santo. La Iglesia sabe que nace en la Resurrección de Cristo, pero se confirma con la venida del Espíritu Santo. Es hasta entonces, que los Apóstoles acaban de comprender para qué fueron convocados por Jesús; para qué fueron preparados durante esos tres años de convivencia íntima con Él.
La Fiesta de Pentecostés es como el "aniversario" de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y enseñar a todas las naciones.
Es el mismo Espíritu Santo que, desde hace dos mil años hasta ahora, sigue descendiendo sobre quienes creemos que Cristo vino, murió y resucitó por nosotros; sobre quienes sabemos que somos parte y continuación de aquella pequeña comunidad ahora extendida por tantos lugares; sobre quienes sabemos que somos responsables de seguir extendiendo su Reino de Amor, Justicia, Verdad y Paz entre los hombres.

¿Quién es el Espíritu Santo?"Nadie puede decir: ¡Jesús es el Señor! sino por influjo del Espíritu Santo" (1Co 12,3)

Muchas veces hemos escuchado hablar de Él; muchas veces quizá también lo hemos mencionado y lo hemos invocado. Piensa cuántas veces has sentido su acción sobre ti: cuando sin saber cómo, soportas y superas una situación, una relación personal difícil y sales adelante, te reconcilias, toleras, aceptas, perdonas, amas y hasta haces algo por el otro…. Esa fuerza interior que no sabes de dónde sale, es nada menos que la acción del Espíritu Santo que, desde tu bautismo, habita dentro de ti.
El Espíritu Santo ha actuado durante toda la historia del hombre. En la Biblia se menciona desde el principio, aunque de manera velada. Y es Jesús quien lo presenta oficialmente:

"SI ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Defensor que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de Verdad…. En adelante el Espíritu Santo Defensor, que el Padre les enviará en mi nombre, les va a enseñar todas las cosas y les va a recordar todas mis palabras. … En verdad, les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Defensor no vendrá a ustedes. Pero si me voy se lo mandaré. Cuando él venga, rebatirá las mentiras del mundo…. Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Pero cuando Él venga, el Espíritu de la Verdad, los introducirá en la verdad total".

Estos son fragmentos del Evangelio de San Juan, capítulos 14, 15 y 16. Si quieres saber más sobre las últimas promesas y más profundas revelaciones de Jesús, lee con atención y mucha fe, esta parte del evangelio.
Desde que éramos niños, en el catecismo aprendimos que "el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es esta la más profunda de las verdades de fe: habiendo un solo Dios, existen en Él tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Verdad que Jesús nos ha revelado en su Evangelio.
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal
.

 Formas de llamar al Espíritu Santo"Espíritu Santo" es el nombre propio de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, a quien también adoramos y glorificamos, junto con el Padre y el Hijo. Pero Jesús lo nombra de diferentes maneras:

EL PARÁCLITO: Palabra del griego "parakletos", que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.

EL ESPÍRITU DE LA VERDAD: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida"
(Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado. El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.
Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.

Cada vez que rezamos el Credo, llamamos al Espíritu Santo:
SEÑOR Y DADOR DE VIDA: El término hebreo utilizado por el Antiguo Testamento para designar al Espíritu es "ruah", este término se utiliza también para hablar de "soplo", "aliento", "respiración". El soplo de Dios aparece en el Génesis, como la fuerza que hace vivir a las criaturas, como una realidad íntima de Dios, que obra en la intimidad del hombre. Desde el Antiguo Testamento se puede vislumbrar la preparación a la revelación del misterio de la Santísima Trinidad: Dios Padre es principio de la Creación; que la realiza por medio de su Palabra, su Hijo; y mediante el Soplo de Vida, el Espíritu Santo.
La existencia de las criaturas depende de la acción del soplo - espíritu de Dios, que no solo crea, sino que también conserva y renueva continuamente la faz de la tierra. (Cf. Sal 103/104; Is 63, 17; Gal 6,15; Ez 37, 1-14). Es Señor y Dador de Vida porque será autor también de la resurrección de nuestros cuerpos:
"Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a sus cuerpos mortales por su Espíritu que habita en ustedes" (Rom 8,11).

La Iglesia también reconoce al Espíritu Santo como:
SANTIFICADOR: El Espíritu Santo es fuerza que santifica porque Él mismo es "espíritu de santidad".
(Cf. Is. 63, 10-11) En el Bautismo se nos da el Espíritu Santo como "don" o regalo, con su presencia santificadora. Desde ese momento el corazón del bautizado se convierte en Templo del Espíritu Santo, y si Dios Santo habita en el hombre, éste queda consagrado y santificado.
El hecho de que el Espíritu Santo habite en el hombre, alma y cuerpo, da una dignidad superior a la persona humana que adquiere una relación particular con Dios, y da nuevo valor a las relaciones interpersonales. (Cf. 1Cor 6,19)
.

 

Los símbolos del Espíritu Santo  
Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:

  • El Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

  • La Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.

  • El Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

  • La Nube y la Luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.

  • El Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

  • La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".

  • La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.

 

El Espíritu Santo y la IglesiaLa Iglesia nacida con la Resurrección de Cristo, se manifiesta al mundo por el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Por eso aquel hecho de que "se pusieron a hablar en idiomas distintos" , (Hch 2,4) para que todo el mundo conozca y entienda la Verdad anunciada por Cristo en su Evangelio.

La Iglesia no es una sociedad como cualquiera; no nace porque los apóstoles hayan sido afines; ni porque hayan convivido juntos por tres años; ni siquiera por su deseo de continuar la obra de Jesús. Lo que hace y constituye como Iglesia a todos aquellos que "estaban juntos en el mismo lugar" (Hch 2,1), es que "todos quedaron llenos del Espíritu Santo" (Hch 2,4).

Una semana antes, Jesús se había "ido al Cielo", y todos los que creemos en Él esperamos su segunda y definitiva venida, mientras tanto, es el Espíritu Santo quien da vida a la Iglesia, quien la guía y la conduce hacia la verdad completa.

Todo lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo. Son dos mil años de trabajo apostólico, con tropiezos y logros; aciertos y errores, toda una historia de lucha por hacer presente el Reino de Dios entre los hombres, que no terminará hasta el fin del mundo, pues Jesús antes de partir nos lo prometió: "…yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo" (Mt. 28,20)

El Espíritu Santo y la vida cristianaA partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo (Cf. Rom 8,9.11;
1Cor 3,16; Rom 8,9). Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros.

El don del Espíritu Santo es el que:

  • nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar;

  • nos permite conocerlo y amarlo;

  • hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.

La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios. (Cf. Gal 5,13-18; Rom 8,5-17).

Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu, estos dones son:

    • ð Sabiduría: nos comunica el gusto por las cosas de Dios.

    • ð Ciencia: nos enseña a darle a las cosas terrenas su verdadero valor.

    • ð Consejo: nos ayuda a resolver con criterios cristianos los conflictos de la vida.

    • ð Piedad: nos enseña a relacionarnos con Dios como nuestro Padre y con nuestros hermanos.

    • ð Temor de Dios: nos impulsa a apartarnos de cualquier cosa que pueda ofender a Dios.

    • ð Entendimiento: nos da un conocimiento más profundo de las verdades de la fe.

    • ð Fortaleza: despierta en nosotros la audacia que nos impulsa al apostolado y nos ayuda a superar el miedo de defender los derechos de Dios y de los demás.

 

Experiencias del Espíritu Santo en la vida concreta

  • Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás esperanzas particulares, que abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos los cimientos y todas las caídas;

  • Cuando se acepta y se lleva libremente una responsabilidad donde no se tienen claras perspectivas de éxito y de utilidad;

  • Cuando se da como buena la suma de todas las cuentas de la vida que uno mismo no puede calcular pero que Otro ha dado por buenas, aunque no se puedan probar;

  • Cuando la experiencia fragmentada del amor, la belleza y la alegría se viven sencillamente y se captan como promesa del amor, la belleza y la alegría, sin dudar a un escepticismo cínico como consuelo barato del último desconsuelo;

  • Cuando el vivir diario, amargo, decepcionante y aniquilador se vive con serenidad y perseverancia hasta el final, aceptado por una fuerza cuyo origen no podemos abarcar ni dominar;

  • Cuando se corre el riesgo de orar en medio de tinieblas silenciosas sabiendo que siempre somos escuchados, aunque no percibamos una respuesta que se pueda razonar y disputar;

  • Cuando uno se entrega sin condiciones y esta capitulación se vive como una victoria;

  • Cuando se experimenta la desesperación, y misteriosamente se siente uno consolado sin consuelo fácil: Allí está Dios y su gracia liberadora, allí conocemos a quien nosotros, cristianos, llamamos Espíritu Santo de Dios".

Oraciones al Espíritu SantoEl hombre prudente, sabe que necesita luz en su inteligencia y fuerza en su voluntad para pensar y hacer lo que Dios quiere. Esa luz y esa fuerza solamente vienen de lo alto; es el Espíritu Santo quien provee al cristiano de todo lo que necesita para su caminar en la vida. Por eso, todos los días nos conviene invocarlo.

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido, luz que penetras las almas, fuente de mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego; gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, Divina Luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro, mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo. Doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. AMÉN.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor, tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
¡Oh, Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo!, concédenos que sintamos rectamente con el mismo Espíritu y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. AMÉN.

 






jueves, 26 de mayo de 2011

AVISO PARROQUIAL

COORDINADORES DE COMUNIDADES DLE PRODINE YA PUEDEN RECLAMAR LAS HOJAS DE LA RIFA!!!!!!!!!!!!!
RECUERDEN QUE ES UNA COLABORACION PARA LA PARROQUIA Y QUE ES PARA BENEFICIO DE TODOS...

viernes, 13 de mayo de 2011

domingo, 10 de abril de 2011

DOCUMENTO APARECIDA


Los obispos reunidos en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe quieren impulsar, con el acontecimiento celebrado junto a Nuestra Señora Aparecida en el espíritu de “un nuevo Pentecostés”, y con el documento final que resume las  conclusiones de su diálogo,   una renovación de la acción   de la Iglesia.

Todos sus miembros están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, para que nuestros pueblos tengan vida en Él

  En la senda abierta por el Concilio Vaticano II y en continuidad creativa con las anteriores Conferencias de Río de Janeiro, 1955; Medellín, 1968; Puebla, 1979; y Santo Domingo, 1992, han reflexionado sobre el tema Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6), y han procurado trazar en comunión líneas comunes para proseguir la nueva evangelización a nivel regional.

Ellos expresan, junto con el Papa Benedicto XVI, que el patrimonio más valioso de la cultura de nuestros pueblos es “la fe en Dios Amor”.
  
Reconocen con humildad las luces y las sombras que hay en la vida cristiana y en la tarea eclesial.
 Quieren iniciar una nueva etapa pastoral, en las actuales circunstancias históricas, marcada por un fuerte ardor apostólico y un mayor compromiso misionero para proponer el   Evangelio de Cristo como   camino a la verdadera vida   que Dios brinda a los   hombres.

  En diálogo con todos los cristianos y al servicio de todos los hombres, asumen “la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este Continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo” (Benedicto XVI, Discurso Inaugural, 3).

 Se han propuesto renovar las comunidades eclesiales y estructuras pastorales para encontrar los cauces de la transmisión de la fe en Cristo como fuente de una vida plena y   digna para todos, para que   la fe, la esperanza y el   amor renueven la  existencia de las personas   y transformen las culturas   de los pueblos.

  Así se mira la realidad con ojos iluminados por la fe y un corazón lleno de amor, proclama con alegría el Evangelio de Jesucristo para iluminar   la meta y el camino de la vida   humana, y busca, mediante un  discernimiento comunitario   abierto al soplo del Espíritu   Santo, líneas comunes de una   acción realmente misionera, que   ponga a todo el Pueblo de Dios   en un estado permanente de   misión. 


CAPITULO VII

LA MISIÓN DE LOS DISCÍPULOS AL SERVICIO DE LA VIDA PLENA

Aquí se desarrolla una gran opción de la Conferencia: convertir a la Iglesia en una comunidad más misionera. Con este fin se fomenta la conversión pastoral y la renovación misionera de las iglesias particulares, las comunidades eclesiales y los organismos pastorales. Aquí se impulsa una misión continental que tendría por agentes a las diócesis y a los episcopados.



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